
Callar sabiendo, es mentir
Es repudiable callar que la competencia de salud es exclusiva del gobierno central y no decir que, felizmente, gracias a la intervención de la Alcaldía, hoy Guayaquil controla y reduce los contagios y muertes por coronavirus, porque dispone de 300 camas con oxígeno, dos nuevos hospitales: Centro de Convenciones y Bicentenario, 8 hospitales del Día, 500 médicos, 32 clínicas móviles, alojamiento gratuito para 180 profesionales de salud.
Por Jorge A. Gallardo Moscoso
Están en todos lados y proliferan, sobre todo cuando se avecina un proceso electoral o se viven situaciones graves como la pandemia de coronavirus, por ejemplo. Y, claro, mucho mejor si, como sucede, los hechos que los agitan se hacen presentes al mismo tiempo. Son una verdadera plaga, parapetados en profesiones trascendentes: sociólogos, politólogos, periodistas, analistas y más.
Recurrente es este escribidor en cuanto a ser, en extremo, tolerante con la opinión contraria, el comentario severo, la visión argumentada. Eso dice mucho del respeto a las libertades, tanto más que una posición crítica al estado de cosas es contribución positiva para enderezar rumbos, no cometer errores, debatir ideas, discutir acciones. Inclusive, aun siendo tan solo posiciones motivadas por el ánimo de joder –en la acepción de molestar o fastidiar-, deben aceptarse.
La excepción que confirma la regla se produce cuando se miente, se omite deliberadamente y/o se distorsiona la verdad. Entonces, las libertades han sido gravemente agredidas y han dejado de tener el valor por las que se proclamaron y adquirieron condición de derecho humano.
¿Por qué todo esto? Porque, a menos de un año de comicios y golpeados por el Covid, no se reconoce con nobleza –no se requiere simpatía-, que la alcaldesa de Guayaquil y su administración han cumplido una excelente tarea, a través de las medidas adoptadas y que han significado hasta ahora un egreso presupuestario de alrededor de 30 millones de dólares. Que hubo y habrá fallas, sí. Las acciones pertenecen a humanos imperfectos. Que falta por hacer, sí; siempre queda qué hacer.

Pero, es repudiable callar que la competencia de salud es exclusiva del gobierno central y no decir que, felizmente, gracias a la intervención de la Alcaldía, hoy Guayaquil controla y reduce los contagios y muertes por coronavirus, porque dispone de 300 camas con oxígeno, dos nuevos hospitales: Centro de Convenciones y Bicentenario, 8 hospitales del Día, 500 médicos, 32 clínicas móviles, alojamiento gratuito para 180 profesionales de salud; convenio con APROFE para atender mujeres embarazadas; entrega semanal de 20.000 paquetes de alimentos; pruebas rápidas y medicinas para los enfermos; 2’500.000 mascarillas que se obsequian, y un largo etcétera de positivas obras.
Adelante, señora Alcaldesa, con su positivo accionar. Porque cuando la bulla se produce, parafraseando al Quijote, es manifestación clara de que avanza por el sendero correcto.