Luisa González ha sido una figura central en la política ecuatoriana, consolidándose como la candidata oficial del correísmo para las elecciones de 2023. Nacida en Quito en 1977 y criada en Canuto, Chone, su carrera en el servicio público ha estado ligada estrechamente a Rafael Correa. Aunque ha ocupado varios cargos de relevancia durante el gobierno correísta, su trayectoria está salpicada de controversias, como el caso de los vuelos presidenciales irregulares, por los cuales enfrenta una glosa de USD 880.473. Además, su paso por la Asamblea Nacional fue calificado como discreto, con escasa producción legislativa.
Una carrera siempre cerca del poder correísta
González ha ocupado múltiples puestos durante el mandato de Rafael Correa, desde Coordinadora de Recursos Humanos hasta Ministra de Trabajo en funciones. Sin embargo, su desempeño ha sido criticado por su dependencia del exmandatario y su falta de autonomía política. Esta cercanía con Correa ha sido tanto su mayor fortaleza como su talón de Aquiles. Aunque muchos la ven como una defensora de la Revolución Ciudadana, otros la perciben como una figura sin independencia real.
Vuelos y aviones millonarios: Controversias y críticas
Una de las principales controversias que han empañado su carrera es el informe de la Contraloría sobre los vuelos realizados en aviones presidenciales entre 2012 y 2017, donde se señalan irregularidades que le costaron al Estado USD 9,6 millones. La falta de justificación para estos vuelos y el manifiesto incompleto de pasajeros generaron una glosa millonaria contra González, un proceso que sigue en litigio. Además, sus opositores la acusan de falta de propuestas originales, centrándose únicamente en continuar el legado de Correa, sin mostrar planes concretos para enfrentar los problemas actuales de Ecuador.
Candidatura presidencial: promesas y dependencia de Correa
En su campaña, González ha dejado claro que Rafael Correa sería su principal asesor si llegara a la presidencia, lo que refuerza la idea de que su gobierno sería una extensión directa del correísmo. Aunque esta propuesta ha sido bien recibida por los seguidores más fieles del expresidente, genera preocupación en otros sectores que buscan mayor independencia y renovación en el liderazgo del país.
¿Liderazgo propio o continuidad de Correa?
Luisa González ha logrado consolidarse como una figura importante dentro del correísmo, pero su carrera está marcada por la controversia y las críticas sobre su capacidad para liderar de forma independiente. Mientras Ecuador enfrenta grandes desafíos, su dependencia de Rafael Correa y las irregularidades en su carrera pública ponen en duda si podrá ofrecer soluciones nuevas y efectivas, o si simplemente será la continuadora de un modelo político desgastado.